Más de ocho meses han transcurrido desde que Rafael Nadal disputara su último partido en el circuito ATP Tour. El español, operado del psoas ilíaco de su pierna izquierda el pasado mes de junio y fuera de competición desde que participase en el Abierto de Australia al inicio de la temporada, permanece inmerso en un proceso de recuperación con la esperanza de poder volver a competir.
El campeón de 22 grandes concedió esta semana una extensa entrevista con Movistar+, reflexionando sobre su estado actual, un día a día donde el golf le ayuda a calmar el hambre de competición; su visión sobre el futuro en el tenis, ese horizonte en el que desearía volver a ser protagonista; y cuestiones de diferentes ámbitos, desde proyectos personales a decisiones deportivas, consciente de que solamente el tiempo podrá traer todas las respuestas.
«Mi ilusión es volver a jugar, volver a ser competitivo”, recalcó Nadal. “La ilusión no es volver y ganar en Roland-Garros o en Australia, que la gente no se confunda. Soy consciente que la época en la que estoy en mi vida todo eso queda muy lejos. No digo imposible, lo he dicho mil veces, porque las cosas en el deporte cambian muy rápido”.
Esa velocidad que convive en el deporte contrasta con la realidad actual del mallorquín. Un proceso de paciencia, constancia y aceptación. “Es aburrido, juego sin moverme con la intensidad que acostumbro. Tengo que ir con cuidado y conteniéndome todo el rato. Sé que tengo que ir con cuidado. He vivido muchas épocas de recuperar y me aburre siempre, pero no me ha quitado el foco y la atención de hacerlo día a día», describió Nadal. «Por suerte, desde hace semanas puedo jugar a golf. Es en lo único en lo que puedo competir a día de hoy. Me distrae y para mí es necesario competir”.
El balear, que atraviesa una de las bajas deportivas más extensas de su carrera, observa su evolución con un razonamiento claro. A sus 37 años, con la experiencia que da el tiempo, controlar lo que está en su poder para dar el siguiente paso.
“No estoy frustrado por una simple razón: dentro de mis posibilidades, he hecho todo para que las cosas me fueran lo mejor posible”, explicó el español, aceptando que esa sensación puede ser vivida por un deportista de su dimensión. “Sí que se puede vivir frustrado con 22 Grand Slam. Por ejemplo, Novak lo vive de una manera más intensa. Para él, hubiera sido una frustración más grande no conseguir [el récord de majors]“, dijo el tenista balear, “A lo mejor por eso lo ha conseguido”.
“Además del psoas, el 2 de junio me operé de la cadera. Desde la costilla de Indian Wells, ha sido un año y medio duro pese al título de Roland Garros por en medio. Los resultados a veces maquillan la realidad del día a día. Tenía el psoas muy mal y la operación era la única solución. Me dijeron que si no me operaba no me recuperaría aunque parara un tiempo largo. Tomé la decisión y operación ha salido bien, pero el tiempo es largo. He estado cinco semanas de vacaciones con solo gimnasio”.
El mallorquín, que en el pasado mes de mayo deslizó la posibilidad de que 2024 fuese la última temporada de su carrera, mantiene que el horizonte es solamente eso. Una simple posibilidad entre un abanico de opciones que el tiempo irá aclarando.
“Ahora es un dolor controlable, no es más de la cuenta. No tengo claro qué haré en 2024, porque la forma de encarar el año cambia por completo según tenga unos objetivos u otros. Si no me recupero es una cosa, si puedo competir a un nivel que me ilusione es otra… Igual, en ese caso, jugaría. Pero no con el calendario que me gustaría. No tengo aún la necesidad de responderme a eso” añadió el antiguo No. 1 del Pepperstone ATP Rankings. “Si puedo jugar pero no estoy en condiciones de ganar en Roland Garros, a lo mejor me apetece una gira de despedida. Son respuestas que no puedo dar ahora”, valoró. «Los Juegos Olímpicos son un broche bonito si uno está para ser competitivo. La forma de hacer el calendario cambia si siento que tengo la posibilidad de jugar y ganar en Roland Garros”.
“Mi ilusión es dentro de dos meses, a mediados de noviembre, tener la claridad de decir a ver dónde estoy. Cómo estoy físicamente, sobre todo me refiero a cómo está la lesión. Son los plazos que nos hemos marcado. Antes yo estoy en un proceso de recuperación, voy entrenando 40 minutos tres días por semana. Este es mi día a día y trabajo muchas horas en gimnasio y en recuperación. ¿Va a ser mi último año? ¿Lo tengo planificado así? Bueno, ¿y si no es así? Y, si de repente, después de un parón largo, el cuerpo se recupera y me siento con fuerza y energía para continuar? ¿Por qué voy a decir una mentira y después hacer otra? Soy cauto, cuando sepa la respuesta la voy a decir. Vivo el día a día con la ilusión de tener la opción de decidir”.
Con una carrera deportiva legendaria a sus espaldas, el futuro no carece de ilusiones personales para el español. Con una academia asentada en el primer nivel mundial, diferentes iniciativas empresariales en sectores como el turismo o la restauración, la mente del mallorquín se encuentra bien ocupada.
«Tengo muchos proyectos y las cosas se van a ir desarrollando con naturalidad”, explicó. “Si paro hoy puedo empezar a trabajar en muchas cosas que tengo en marcha, proyectos personales, la Academia. Me puedo ver como entrenador, pero no va a ser el grueso de mi vida”, aclaró el balear, que reflexionó incluso sobre la posibilidad de dar un paso adelante en el mundo del fútbol.
“No sé si quiero ser presidente del Real Madrid. ¿Si me gustaría? Creo que sí, como muchas otras cosas. A día de hoy creo que tenemos el mejor presidente posible. Después, lo que pueda pensar hoy no sé si es lo que pueda pensar mañana. La vida da muchas vueltas”, advirtió. “Después, uno tiene que pensar si está capacitado para hacer según qué tipo de cosas. Soy bastante realista conmigo mismo, sé muy bien cuáles son mis limitaciones y en eso pues no sé si sería capaz o no. El tiempo dirá. Nunca me lo ha preguntado Florentino [Pérez], pero creo que vosotros [los medios de comunicación] montáis películas», explicó el balear, socio de honor del club desde hace más de una década y un habitual en el Santiago Bernabéu, entre sonrisas.
En una charla extensa y distendida, Nadal dedicó unas palabras a la figura de Carlos Alcaraz, la figura que aspira a tomar su relevo como principal referencia del tenis español en el circuito durante los próximos años. Y mostró su parecer sobre la lluvia de elogios para un jugador que, como él, ha empezó a hacer historia antes de cumplir los 20 años.
“No es ninguna precipitación, es lógico”, indicó Nadal. “Hay un joven nuevo que llega y es el No. 1 del mundo. Que ya ha ganado dos Grand Slams, para mí no es exagerado. Tiene una proyección brutal, tiene la juventud, la potencia, la ambición,… Después, la proyección de alguien muy, muy grande creo que la tiene sin ninguna duda. Después, en las carreras de cada atleta pueden pasar muchas cosas. Y hay cosas que no dependen de uno mismo”.
Fuente: atptour.com
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