Las olas de calor son especialmente duras para las mascotas y pueden llegar a causarles problemas graves de salud. Estos son algunos consejos que puedes seguir para hacerles más soportables estos episodios.
El verano supone la llegada de varias olas de calor que pueden causar problemas graves a las mascotas. Cada una reacciona de manera distinta y también las precauciones a tomar deben ser distintas, pero hay algunos consejos generales que se pueden seguir dependiendo de la especie e incluso de la raza.
Se considera ola de calor cuando hay un periodo prolongado en que las temperaturas suben por encima de la media del mismo periodo en años anteriores. Las condiciones exactas de duración y temperatura varían según el país: en España se considera ola de calor cuando al menos el 10% de las estaciones meteorológicas registran temperaturas que superan la media durante más de tres días consecutivos.
CONSEJOS PARA LOS PERROS
Los perros son seguramente las mascotas más fáciles de aliviar durante una ola de calor ya que a muchos les gusta el agua o cuanto menos no les disgusta. Un simple baño, o incluso mojarle el pelo con agua fría, puede ayudar a bajar su temperatura corporal, evitando así uno de los principales peligros del verano, los golpes de calor. Si además les gusta bañarse, las actividades acuáticas pueden ayudar a descargar energía y aliviar el estrés que les causa el calor.
En cuanto a los paseos, hay que evitar las horas calurosas, caminar por la sombra en la medida de lo posible, y comprobar la temperatura del pavimento apoyando la palma de la mano: si está demasiado caliente para nosotros lo estará también para el perro y, en ese caso, hay que procurarse unas botas de paseo para perros. Conviene hacer paradas frecuentes y dejarle beber a menudo, puesto que su temperatura corporal sube con la actividad física y puede causar un golpe de calor.
Puesto que el calor incrementa los niveles de estrés, es necesario que sigan realizando actividades y juegos con los que descargar la energía, pero es mejor hacerlas a la sombra y, si es posible, optar por actividades en el agua que les permitan refrescarse a la vez que juegan. Finalmente, hay que cambiarles el agua a menudo ya que beberán mucho más que de costumbre.
CONSEJOS PARA LOS GATOS
Los gatos también lo pasan mal con el calor pero, a diferencia de los perros, a la mayoría no les gusta nada mojarse, por lo que aliviarles resulta más complicado. Aun así, hay algunos trucos que les pueden ayudar a refrescarse. Por ejemplo, aunque no les guste bañarse, muchos sí se divierten jugando con chorros de agua, por lo que podemos instalar algún tipo de aspersor en sus espacios al aire libre.
Uno de los trucos más sencillos consiste en congelar agua en botellas de un litro aproximadamente y dejárselas en un espacio al que tengan acceso para que puedan restregarse con ellas y refrescarse; preferentemente en un espacio abierto como un patio o terraza pero, si tiene que ser en interior, se pueden envolver con una bayeta, trapo o cualquier tipo de tela fina. Es recomendable tener más de una para ir intercambiándolas y volviéndolas a congelar.
Muchos gatos tienden a perder apetito cuando el calor aprieta y en este caso corren riesgo de deshidratación; por este motivo, durante las olas de calor es aconsejable cambiar a la comida húmeda o añadir alguna salsa hidratante para gatos.
CONSEJOS PARA LOS CONEJOS, HURONES Y ROEDORES
Los conejos, hurones y roedores, como hámsteres y cobayas, son especialmente sensibles al calor ya que de forma natural son animales que viven en madrigueras, que al estar bajo el suelo mantienen una temperatura más fresca. Una ola de calor puede afectarles más negativamente, especialmente a los hurones, cuya capacidad de termorregularse – es decir, de reducir la temperatura corporal – es bastante limitada.
Por ello, es muy importante que la temperatura ambiente nunca alcance los 30 ºC, ya que de lo contrario su cuerpo acumulará calor más rápido de lo que puede eliminarlo y el animal puede sufrir un golpe de calor. La mejor manera de evitar disgustos es, precisamente, crearles algún tipo de madriguera artificial y refrescarla de alguna manera.
Lo mejor es optar por refugios de madera, que aíslan bien la temperatura. Mejor aún si las paredes están forradas o impermeabilizadas, ya que así podemos recubrirla con toallas humedecidas con agua fría. Sobre todo hay que procurar que esté siempre bien ventilada, ya que la temperatura sube más rápidamente en espacios confinados como los que estos animales prefieren.
Al contrario que los gatos, el truco de las botellas no funciona porque estos animales son más propensos a roer las cosas, pero sí se puede hacer algo parecido con algún recipiente metálico. También es conveniente cambiar a la comida húmeda y darles fruta para evitar el riesgo de deshidratación.
CONSEJOS PARA LOS PÁJAROS
Las aves, por suerte, tienden a refrescarse ellas mismas bañándose en el agua. En su caso, a lo que hay que estar más atento es a cambiársela con mucha frecuencia: no solo para que no beban del agua sucia sino porque esta es un nido de hongos y bacterias que pueden causarles enfermedades a ellos y a nosotros. Además, la humedad de las plumas se trasladará a su zona de descanso, por lo que hay que limpiarla también con más frecuencia de la habitual.
Si su habitáculo es fácilmente transportable hay que situarlos siempre a la sombra y, si no lo es, adquirir otro al que podamos trasladarlos durante las horas de sol. Conviene dejarles fruta siempre disponible, no solo para hidratarse sino para reponer azúcares ya que, en verano, las aves mudan el plumaje y ese proceso consume mucha energía.
CONSEJOS PARA PECES Y REPTILES
Por lo que respecta a los peces, vale también el consejo de limpiar sus espacios para evitar la proliferación de hongos y bacterias. Pero además hay que estar atentos a la temperatura del agua ya que hay especies que solo sobreviven en un rango de temperatura limitado: podemos tener esto controlado con dispositivos de medición y regulación de la temperatura incorporados a los acuarios. Además hay que evitar que estén expuestos directamente al sol.
En el caso de los reptiles, como tortugas, hay que tener en cuenta que son animales ectotérmicos, es decir, que no pueden generar su propio calor corporal y deben obtenerlo de una fuente externa como los rayos del sol. Por eso deben tener acceso tanto a zonas con luz directa como a espacios con sombra, así como a lugares con agua donde puedan humedecerse. Hay que conocer, además, las condiciones de temperatura y humedad específicas que requiere cada tipo de animal y adecuar el ambiente a ellas; por ejemplo, por medio de pulverizadores de agua.
Fuente: nationalgeographic.com.es
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