La justicia deportiva sí existe, Deportivo Táchira campeón de la décima
El Deportivo Táchira borda la décima estrella y se hace justicia luego de hacer una campaña histórica con 29 encuentros sin perder redondeando 18 victorias y 11 empates, siendo una hazaña casi imposible de igualar. Para muchos era una final soñada, para otros más allá del éxito mediático que representa una final de clásico y el folclor que aquello representa, era una injusticia cuando el amarillo y negro luego de sacarle entre la fase regular y final 21 puntos al CaracasFC, todavía tenía que disputar una final para lograr titularse campeón ambos con identicas posibilidades; algo casi imposible de entender.
Con éxito el cuadro aurinegro desde la tanda de penales logró coronarse campeón, pero el título del Deportivo Táchira no puede maquillar un nefasto formato, un fixture que no premia la regularidad.
El vigente campeón, más allá del logro deportivo, hace posible recuperar su imagen institucional, luego de que en el año 2022 fue una tormenta de escándalos extradeportivos por impagos, con comunicados incluso de sus propios jugadores acompañados de innumerables demandas, la imagen de la institución estaba muy tocada después de que administrativamente no se hicieran las cosas de manera correcta. Esto fue un tema muy difícil para el técnico Eduardo Sarago cuando comenzó a confeccionar su plantel para esta campaña memorable, no era fácil convencer a los jugadores para que firmaran con el aurinegro, debido a la mala fama que se había creado a nivel nacional e internacional, el estratega no sólo tuvo que asumir su rol de técnico, sino también de gerente al tener que ser él quien diera su cara y acordar con los jugadores extranjeros para confeccionar un equipo que al apostre haría historia.
En el fútbol venezolano más allá de dirigir y de hablar sobre lo técnico y lo táctico, los entrenadores tienen que asumir algo que en otras latitudes resulta difícil de creer: Saber gestionar y exigir los pagos de sus jugadores, allí radica el gran éxito de este Deportivo Táchira pues el cuerpo técnico peleó constantemente para que el plantel se mantuviese solvente y únicamente se concentrara en lo deportivo y se sintiera respetado como un verdadero profesional, situación que más temprano que tarde se vio reflejada sobre el rectángulo de juego.
La décima estrella ha sido de las más significativas de toda la historia para el aurinegro por muchos ítems importantes oportunos de destacar.
Primeramente, volvió masivamente la afición a las gradas del templo de Pueblo Nuevo. Segundo, se recupera su imagen institucional. Y en tercer lugar, se retorna a la palestra internacional en la competencia más importante del continente sudamericano.
Ahora se espera que no se repita como un dejavú, el patrón institucional que entre un año competitivo y otro se desmantelan los planteles que generan resultados; por ello, será determinante para el técnico Eduardo Sarago lograr que la gran mayoría del plantel pueda mantenerse para continuar en beneficio no solo de ir a participar y cobrar a los torneos internacionales sino a competir para lavar la cara de lo que ha sido en los últimos años la participación de los equipos criollos en Copa Libertadores de América.
MANOLO DÁVILA SALAS